domingo, 3 de junio de 2012

Curiosidad

Luchas porque cada segundo de tu vida sea especial. Tienes remedios para todo y empleas placebos tatuados en tu mente para transformar tu día. Una sombra aparece, queriendo preguntarte algo. La esquivas. Te conformas y te adaptas.
Recurres a tus instintos y sacias tus sentidos. La sombra desaparece, pero sólo con pensar -en ella- vuelves a percibirla donde tu mirada apenas alcanza. Intenta murmurar algo en tu oído, algo de ti grita para ensordecer el murmullo.

"Quizá no deba decirte esto pero, ¿no crees que..."

Ella sabotea tus momentos, te hace tropezar. De alguna manera te sientes obligado a elegir, cuanto más intensas percibes tus experiencias, más nítida se muestra ante tu ser. Cada despertar es un sudor frío con aires de rendición.

"Ríndete..."

Miras al sol buscando cegar tus ojos y la sombra se multiplica. Te estás perdiendo a ti mismo. Quizá no tengas opción. Vuelven a ti, y algo surge. Hoy sus palabras no podrán dañarte, estás preparado y de alguna manera intuyes que siempre lo has estado. Levantas tus párpados, tragas saliva y extiendes tus manos hacia delante, y ahí está, desafiante justo frente a ti, como nunca antes se había mostrado.

"..."

Enfocas todos tus sentidos hacia ella, esperando su pregunta. La observas con detalle, ves como suavemente comienza a desvanecerse expandiéndose por todo a su alrededor. Tras ella no queda nada, sólo un espejo frente a ti, una pregunta que nunca quisiste escuchar e infinitas con las que convivirás.

No hay comentarios: