martes, 3 de noviembre de 2015

Dos meses después

La idea era llevar un diario para no olvidar todas las experiencias que iba viviendo cada día, sobre todo al ver que de un día para otro no recordaba qué había sucedido ese mismo día y qué tres días antes. Pero entre la falta de energía y mi clásica desgana por pararme a hacer algo como esto... han pasado dos meses.

Duré muy poco como voluntario. Pase el primero de estos dos meses currando por horas (cobrando nada mal, al fin y al cabo currando más de 70 horas semanales muy mal tienen que pagar la hora para que no sea una cantidad "decente"), y desde poco menos de un mes, contratado como Oficial de Salud Ambiental, (Enviromental Health Officer). La idea es que pronto tendré un equipo trabajando conmigo, e incluso un asistente. También me han permitido conducir, y creo que me asignarán un coche con el que poder moverme entre el Puerto y Kara Tepe, los dos lugares en los que soy responsable de monitorear a los chicos de DEDEPAL, la compañía del Ayuntamiento de Mytilene encargada de recoger la basura. Aunque pertenezcan a la municipalidad, es IRC quien paga sus servicios, gasolina de los camiones y algunos otros materiales. Al principio de recibir esta tarea, me sentí un poco "abrumado", no me considero nadie para dar órdenes. Pero entre haberme ganado su respeto en mis primeros días, currando mucho más que ellos, metiéndome en la mierda sin dudarlo, y que por otro lado hemos compartido alguna que otra broma, ahora responden genial ante mí, es más, me atrevería a decir que estas últimas semanas trabajan con una actitud muy diferente, creo que poco a poco les he hecho entender que aunque por lo general su trabajo sea simplemente recoger basura, cuando lo hacen en Kara Tepe, están haciendo mucho más que eso.

Mientras tanto, han habido momentos duros, o desagradables. Familias separadas gracias a la incompetencia de Naciones Unidas. Un chico que se desmayó en los alrededores del campamento, cayendo por un pequeño acantilado y siendo cargado a la clínica de Médicos del Mundo como los heridos de guerra que acostumbramos a ver en televisión. Otro que se desmayó justo frente a mí, destrozándose la cara contra el suelo. En los días de lluvia y viento, a las siete y poco de la mañana, me encontré a una familia durmiendo a la interperie, de los cuales un bebé de menos de un año tenía los labios azules a causa del frío; dediqué alrededor de media hora, yendo de caseta en caseta (estaban todas ocupadas, por dos, tres o más familias cada una, veinte personas en menos de 20 metros cuadrados) hasta que encontré una en la que pude hablar con los que la habitaban para que acogieran a esta familia. Tras situaciones como esta he cogido como hábito cada vez que ayudo a alguien a encontrar un refugio, esté o no el campamento lleno, pedirles que si encuentran a alguien en su misma situación y no saben si hay casetas libres, por favor, tengan el respeto y la amabilidad de hacerles un hueco en la propia. También tuve la suerte de ver a una familia que había sido dividida reencontrarse, el marido guardando la compostura y la mujer llorando, gritándole, pegándole y abrazándole a la vez.

Otra de las tareas que he tenido durante estas semanas, ha sido este reclutamiento de voluntarios sirios dispuestos a ayudar recogiendo basura conmigo. En un principio fueron voluntarios, me sorprendía cada mañana encontrar gente dispuesta a ayudar con la basura, después de haber cruzado el mar y haber pasado quizás uno o dos días caminando. Al poco tiempo, esto se transformó en otra forma de agrupar sirios para limpiar el lugar. El "Protection Team" de IRC se encontraba a diario con casos vulnerables, y dentro de estos, hombres que habían gastado todo su dinero en cruzar el Egeo o que habían perdido todo en el mar. De esta manera, no tenían forma de continuar el viaje. Así que IRC me responsabilizó de dar tareas a estos grupos, y a cambio de esto les págabamos un pequeño salario diario, así que, trabajando duro durante tres o cuatro días ahorraban suficiente para continuar la marcha. Esto se acabó hace un par de semanas, porque el campamento ha empezado a estabilizarse en un estado de limpieza más que aceptable, parece poco más que un asadero guarro, algo que los chicos del ayuntamiento pueden manejar sin problemas. Por otro lado, hace unos días descubrimos que esto del "Cash for Work" con refugiados es completamente ilegal.


Estoy muy agradecido de tener esta oportunidad, y no abandonar los estudios en el camino, pudiendo coordinarla más o menos apropiadamente con la universidad. Pronto intentaré escribir algo más, que no significa realmente que lo haré.