sábado, 26 de enero de 2008

Preocupaciones

Ya no sabemos de qué preocuparnos. Quizá amemos algo, a alguien. Pero todo, menos la materia, todo es perecedero. Quizá nosotros estemos más próximos a perecer que eso que amamos, pero quizá no. Quizá eso perezca antes que nosotros, y entonces qué, ¿qué nos quedaría?

No puedo olvidar una preocupación y crear una nueva preocupación sustitutiva. Pero necesitamos algo de lo que preocuparnos, algo que hacer, que perseguir.

Si no tengo preocupación alguna, ¿qué me queda sino yo mismo? Yo y lo que me rodea, que aunque no me preocupe, me rodea.

No quieres nada que te rodee, nada te importa, quieres que las cosas que giran entorno a ti te importen. Te preocupen.

Destruir todo lo que tengo alrededor es una opción. Hasta que aparezca algo que me importa. Algo que alguna vez tuve, algo que siempre estuvo, pero que no tuve cerca o no supe ver porque las cosas insustanciales ahora destruidas lo ocultaban.

La destrucción es creación, y no es una opinión.

No hay comentarios: